Brave es un navegador web (como Google Chrome, Mozilla Firefox, Microsoft Edge, etc.) de código abierto y basado en Chromium, desarrollado por Brendan Eich. Vamos a analizar detalladamente esta información.
Brendan Eich es un desarrollador estadounidense que a lo largo de su carrera ha realizado algún que otro proyecto, puede que alguno de ellos te suene un poco: es el creador de JavaScript y cofundador de Mozilla, ahí es nada.
En los últimos años se ha convertido en el confundador de Brave, el navegador web del que estamos hablando y de Basic Attention Token, la criptodivisa utilizada para ofrecer recompensas a los usuarios y creadores de contenido.
El modelo de desarrollo de código abierto implica un software que se puede utilizar, escribir, modificar y redistribuir libremente. De hecho, en GitHub tenemos disponibles todos los componentes que conforman Brave, de tal forma que podemos analizar detalladamente todo el código fuente del proyecto e incluso realizar nuestras propias contribuciones.
Vale, otro navegador web más, pero… ¿Por qué debería abandonar mi navegador actual en favor de Brave?
Brave bloquea automáticamente toda la publicidad de las webs que visitamos, centrada en rastrear tus movimientos por internet, a través de sus denominados Brave shields. También trata de ofrecernos las versiones seguras (HTTPS) de todas las páginas web que visitemos, siempre que estén disponibles. Por supuesto, siempre podemos desactivar los Brave Shield en los sitios web que consideremos oportuno.
Una consecuencia directa del bloqueo de la publicidad es que los sitios web cargan mucho más rápido. ¿Cuánto es mucho? Bien, aquí podemos ver una comparativa de carga de algunos de los sitios web más visitados en Chrome, Firefox y Brave. Las cargas en Brave son unas seis veces más rápidas.
Otros navegadores web afirman ofrecer privacidad mediante el uso de sus «pestañas privadas», pero la realidad es que estas pestañas privadas lo único que hacen es no guardar en el historial tu navegación. Sin embargo, nuestro proveedor de servicios va a seguir sabiendo que sitios web visitamos, Google (si utilizamos su buscador) va a seguir sabiendo qué estamos buscando… ¿No parece muy privado, no? Brave, por otra parte, ofrece la verdadera privacidad en la web: pestañas privadas con una implementación de Tor y el buscador DuckDuckGo. Esto significa que nuestra navegación está protegida de ser rastreada por nuestro proveedor de servicios, nuestra dirección IP está oculta para los sitios web que visitamos y la conexión está cifrada.
¿Eres consciente de que el resto de navegadores web sacan beneficios mostrándote anuncios que encima vulneran tu privacidad y tu no te llevas nada a cambio? Brave ofrece un sistema de recompensas por ver anuncios que respetan nuestra privacidad. Si, has leído bien, te pagan por ver los anuncios que te ofrecen. Por supuesto, no tenemos por qué activar este sistema de recompensas si no queremos ver esa publicidad.
Además, podemos utilizar las recompensas obtenidas en Brave para premiar a nuestros creadores de contenido favoritos, aportando propinas en sus sitios webs, perfiles de redes sociales, etc. Todo esto es posible gracias a las Brave rewards.
¡No te preocupes! Como ya hemos comentado, Brave se basa en Chromium, el código abierto padre de otros navegadores web (por ejemplo Chrome), por lo que todas las extensiones que utilizas habitualmente son totalmente compatibles. Aunque Brave no tiene su propia tienda de extensiones, puedes utilizar cualquiera de las disponibles de la tienda de Chrome. Eso si, debes tener cuidado con las extensiones que instalas, evita utilizar extensiones de dudosa reputación, podrían estar espiándote.
Si lo que temes es perder todos los marcadores que utilizas en tu navegador web habitual, la página de inicio, etc. tampoco te preocupes, al abrir Brave por primera vez podrás importar los datos rápidamente desde tu navegador habitual.